Caperucita, el lobo y el robo de identidad

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Por Daniel Bonina:
Hace varios días que mi hija menor me pide que le lea el cuento de Caperucita Roja y hace varios días que vengo viendo el clarisimo ejemplo de robo de identidad a la inocente niña de rojo, que, claramente, no es la de la foto que sigue 🙂 aunque, a fines de ilustrar este articulo me pareció mas divertida.

Vamos a repasar un poco el cuento y a medida que avancemos me voy a detener a hacer algunos comentarios…

Había una vez una niñita en un pueblo, la más bonita que jamás se hubiera visto; su madre estaba enloquecida con ella y su abuela mucho más todavía. Esta buena mujer le había mandado hacer
una caperucita roja y le sentaba tanto que todos la llamaban Caperucita Roja.

Hasta acá vamos bien, hasta por ahi es la chica de la foto, le queda linda la caperucita.

Un día su madre, habiendo cocinado unas tortas, le dijo.
—Anda a ver cómo está tu abuela, pues me dicen que ha estado enferma; llévale una torta y este tarrito de mantequilla.

Primer error! como va a mandar a esa nena sola!!! no voy a comentar nada sobre la mantequilla. Sigamos.

Caperucita Roja partió en seguida a ver a su abuela que vivía en otro pueblo. Al pasar por un bosque, se encontró con el lobo, que tuvo muchas ganas de comérsela, pero no se atrevió porque unos leñadores andaban por ahí cerca.

Ahi viene el chiste facil del error ortografico que todos conocemos 🙂

Él le preguntó a dónde iba. La pobre niña, que no sabía que era peligroso detenerse a hablar con un lobo, le dijo:
—Me llamo Caperucita Roja y voy a ver a mi abuela, y le llevo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.
—¿Vive muy lejos?, le dijo el lobo.
—¡Oh, sí!, dijo Caperucita Roja, más allá del molino que se ve allá lejos, en la primera casita del pueblo.

Ahhhhhhhhhhh… ERROR! Nadie le explicó a esta niña que no tiene que compartir información en facebook hablar con extraños!?

Esto es algo que vemos a diario, compartimos fotos, datos personales, información familiar, lugares de vacaciones, que auto tenemos, nuestro, mail, telefono, donde trabajamos, que idiomas hablamos y un sin fin de etceteras. Pero, sigamos a ver que pasa.

El lobo partió corriendo a toda velocidad por el camino que era más corto y la niña se fue por el más largo entreteniéndose en coger avellanas, en correr tras las mariposas y en hacer ramos con las florecillas que encontraba.

Tonta! ademas de salir sola se queda paveando!!!

Poco tardó el lobo en llegar a casa de la abuela; golpea: Toc, toc.
—¿Quién es?
—Es su nieta, Caperucita Roja, dijo el lobo, disfrazando la voz, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.
La cándida abuela, que estaba en cama porque no se sentía bien, le gritó:
—Tira la aldaba y el cerrojo caerá.

Bue… puerta sin llave, capitulo aparte para seguridad física, no entremos en ese detalle. Aqui vemos claramente como se configura el delito de robo de identidad (lo de «configuración del delito» lo escuché en alguna charla y me gustó)

El lobo tiró la aldaba, y la puerta se abrió. Se abalanzó sobre la buena mujer y la devoró en un santiamén, pues hacía más de tres días que no comía. En seguida cerró la puerta y fue a acostarse en el lecho de la abuela, esperando a Caperucita Roja quien, un rato después, llegó a golpear la puerta.

Otra vez el chiste facil, el lobo se morfó a la vieja… primera victima del robo de identidad de la pobre niña inocente. No solo la persona que comparte información se ve afectada por el robo de identidad sino que pone en riesgo a su familia y contactos directos.

Toc, toc.
—¿Quién es?
Caperucita Roja, al oír la ronca voz del lobo, primero se asustó, pero creyendo que su abuela estaba resfriada, contestó:
—Es su nieta, Caperucita Roja, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.
El lobo le gritó, suavizando un poco la voz:
—Tira la aldaba y el cerrojo caerá.
Caperucita Roja tiró la aldaba y la puerta se abrió. Viéndola entrar, el lobo le dijo, mientras se escondía en la cama bajo la frazada:
—Deja la torta y el tarrito de mantequilla en la repisa y ven a acostarte conmigo.

Nos estamos yendo al pasto en la ultima oración… No siempre el objetivo del robo de identidad son las cuentas bancarias de la victima, los objetivos pueden ser varios desde obtener información personal para fines extorsivos hasta abusos sexuales.

Caperucita Roja se desviste y se mete a la cama y quedó muy asombrada al ver la forma de su abuela en camisa de dormir. Ella le dijo:

—Abuela, ¡qué brazos tan grandes tienes!
—Es para abrazarte mejor, hija mía.
—Abuela, ¡qué piernas tan grandes tiene!
—Es para correr mejor, hija mía.
Abuela, ¡qué orejas tan grandes tiene!
—Es para oír mejor, hija mía.
—Abuela, ¡que ojos tan grandes tiene!
—Es para ver mejor, hija mía.
—Abuela, ¡qué dientes tan grandes tiene!
—¡Para comerte mejor!

Y diciendo estas palabras, este lobo malo se abalanzó sobre Caperucita Roja y se la comió.

Perdiste Caperucita!

A ver a ver… La niña sale sola al bosque sin las advertencias de su madre acerca de como comportarse estando sola, el lobo, malo y picarón, se aprovecha de la situación y con un poco de ingenieria social (muy poco) consigue los datos que necesitaba para cumplir con su cometido: nombre, a donde va, de parte de quien, a ver a quien, que lleva. Esto fue todo lo que necesitó.

Ahora, comparemos esto con la información que publicamos a diario en Internet, nuesto nombre, fotos, bahh, ya lo dije antes, todo eso… pueden robarnos nuestra cuenta bancaria con esos datos? probablemente NO, pero cuantas cosas podemos hacer con los datos y fotos de una persona… MUCHAS y MALAS.

A continuación uan moraleja que encontré en la web sobre el cuento:

Aquí vemos que la adolescencia,
en especial las señoritas,
bien hechas, amables y bonitas
no deben a cualquiera oír con complacencia,
y no resulta causa de extrañeza
ver que muchas del lobo son la presa.
Y digo el lobo, pues bajo su envoltura
no todos son de igual calaña:
Los hay con no poca maña,
silenciosos, sin odio ni amargura,
que en secreto, pacientes, con dulzura
van a la siga de las damiselas
hasta las casas y en las callejuelas;
más, bien sabemos que los zalameros
entre todos los lobos ¡ay! son los más fieros.

Nada mas que agregar, me gustaría recibir comentarios y opiniones sobre esto. El robo de identidad Online es un tema por el cual preocuparse cada vez que uno conecta su modem Zoltrix 14.4 a la Internet (que viejo estoy) y empieza a compartir su vida con el colorado de Facebook o el pajarito de Twitter.

Al igual que Caperucita cualquier de nosotros puede ser victima de una trampa, pensemos antes de postear algo o aceptar un amigo, un juego, una aplicación, un mate o un corazón. No hay que tener miedo pero si desconfiar de todo (no sean pajaritos como dice un amigo), en Internet somos muy faciles y mas si dejamos todo servido para que cualquiera lo consulte cuando tenga ganas.

Esto ha sido todo por hoy, me voy a dormir, espero que les haya gustado el cuentito y lo compartan en Facebook y Twitter 😉

Daniel Bonina
www.danielbonina.com

About Post Author

Daniel Bonina

Trabajando en Seguridad de la Información desde 1997 en el mercado financiero, seguros y administración publica. Posgrado en CiberCrimen UNQ | Emprendedor en diferentes rubros. www.estudiosg.com | www.bonnie.com.ar | store.estudiosg.com | www.mercadonautico.com.ar
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